5/10/09

Memoria fotográfica II

René y Miguel concretaron una reunión en un antiguo café a las orillas de la ciudad. René fue el primero en llegar y esperó durante un rato, hasta que se levantó, dejó sus cosas y salió del lugar. Afuera, en la lluvia, antes de abordar un taxi es sorprendido por un hombre en gabardina azul. Era Miguel, quien aparece de la nada y le pide regresar al café. “Discúlpeme, pero tenía que asegurarme que estuviera solo, usted no sabe ni siquiera la punta del iceberg, pero usted me ha dado la oportunidad de rectificar que aun puedo hacer algo.

Le voy a contar la historia de Ana. Ella y yo éramos muy unidos, lo sabrá muy bien, ya vio la foto que nos sacó su padre, Gustavo; pero deberá saber que yo era el único hombre confidente de ella. Una vez me contó que tenía un novio, un amante secreto, que lo amaba mucho, pero que no podía revelar su identidad a su familia, pues podía traer muchos problemas el saberlo. De pronto, en una ocasión llegó a mi casa llorando, había sido violada por ese hombre. Y me dijo que ella estaba dispuesta a delatarlo, pero que él la amenazó de muerte. 

Aún sin decirme de quien se trataba, me dijo que haría una declaración al día siguiente. Sin embargo, ella desapareció, jamás llegó a su casa ese día. Su padre llenó un reporte en la oficina de personas desaparecidas y al siguiente día murió en ese horrible accidente. Después de eso, decidí mejor abandonar la ciudad, pues temo que ese novio secreto sea alguien muy poderoso, alguien con influencias que pueda estar haciendo desaparecer a la gente. 

Por eso nadie habla de ella, por eso nadie la conoce, todos temen, todos han sido amenazados y nadie habla de lo sucedido. Pero déjeme ayudarle, tal vez podamos aclarar esto juntos”. Y así finalizaba Miguel de contar lo sucedido, pero René, quien pensaba que la discreción era lo mejor, prefirió que el joven no se involucrara demasiado, ya que podía incluso poner en riesgo su vida si el novio secreto se enteraba de que él sabía demasiado.

René entonces decide ir a la oficina de personas desaparecidas y encuentra el reporte de Gustavo, lo cual le da una evidencia más con la cual probar la existencia de Ana. El reporte también está firmado por la señora Ofelia, quien al parecer ya no trabaja ahí. Pregunta por ella y lo conducen al Hospital, donde al parecer la señora se encuentra internada por una crisis nerviosa. 

René se aproxima a ella y le pregunta por la declaración, pero la señora Ofelia, con una mirada sin dirección, le dice que ella sólo recuerda al hombre, al hombre que le quitó sus recuerdos, que le quitó todos sus recuerdos menos el de él. René le pregunta quién era ese hombre. “La chica, la chica que busca usted, ese hombre también me buscaba por la chica, ese hombre es todo lo que recuerdo, me quitó todos mis recuerdos”. René pregunta quién era ese hombre. Ella sólo responde “el hombre, el hombre de la gabardina azul”.

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