25/8/08

Es sólo un juego, nada más

Han acabado las olimpiadas 2008 y México celebra grandes triunfos: dos medallas de oro y una de bronce (obtenidas estas últimas en equipo). Desde hace ya muchos años no habíamos presenciado algo así y poco a poco nos vamos consolidando como líderes en el deporte y arte marcial taekwondo; además de los clavados y caminatas donde suele haber talento rotatorio muchas veces también. Ciertamente al principio no esperaba mucho de los mexicanos, pero me dio gusto que hayamos demostrado éxito. Sin embargo, a pesar del orgullo, no me siento satisfecho, es decir, me parece que sigue siendo insuficiente.

Como logros comparados con nosotros mismos hemos demostrado un avance, pero si nos comparamos con otros países seguimos teniendo muy poca fuerza. Es verdad que estuvimos en muchos primeros lugares, pero también estuvimos en los últimos en el resto de las competencias, pero obviamente de ello no se habla. Se habla mucho de los elogios que dan a los ganadores mexicanos; pero algo que me llama mucho la atención fue escuchar lo preocupados que estaban algunos comentaristas de cómo Estados Unidos había sido opacado por China en cuestión de medallas y de lo entusiasmados que estaban en cómo van a hacerle para recuperarse las próximas olimpiadas.

Me llama la atención porque para mí y creo que para los mexicanos en general no nos debería importar quienes podrían ser los líderes en triunfos sino analizar críticamente los juegos. Claro, me he dado cuenta de que siempre pienso en utopías y se me olvida de repente que los comentaristas no siempre están debidamente capacitados en analizar y sólo se limitan a sus superfluas opiniones.

Otra cuestión que comento es que cuando vi el triunfo de Guillermo Pérez me dio gran gusto, pero en el fondo comencé a sentir incertidumbre sobre su futuro, cuando él se convierta la imagen no del éxito, sino del consumo. Efectivamente, aunque aún no lo he visto en comerciales patrocinando algún producto (y realmente no quiero que lo haga, así como a Paola Espinosa, Tatiana Ortíz y Ma del Rosario Espinoza), la cervecera Tecate ya se tomó la molestia de usar fotos y videos de él en sus comerciales.

Es lo irónico de la era moderna del consumo (pleonasmo intencional) que los años de preparación, el esfuerzo de una gran competencia a nivel mundial e histórica, que los sueños y deseos de ganar en un encuentro deportivo se usen para vender cerveza, es decir, alcohol, o sea todo lo contrario: vicio, adicción, sedentarismo y subsecuentemente sobrepreso, englobado todo ésto en mala salud y en el olvido.

18/8/08

Crónicas del microbús: tierra de nadie… sí, del conductor

La calle, el último lugar en donde la gente puede caminar en la dirección que le apetece debido a ser lo más cercano a un lugar compartido a causa de las fragmentaciones del espacio. La calle sin embargo es reclamada; un ejemplo puede ser el caso de los microbuseros de la Ciudad de México. El chofer una vez en su máquina hace suyas las leyes de transito según le convenga. El poderío recae en su baja educación que no le permite ser consciente de los límites sociales comunales, también en saber que la falta de regulación en las calles y avenidas le da la libertad y la magnitud del tamaño de su transporte y el hecho de no ser a veces propietario del mismo le permite tomar riesgos aventureros, que lamentamos todos los demás.

Al interior del camión las leyes son aún más duras para sus pasajeros, donde ni siquiera un reglamento existe para impedir que el sonido estridente de una música de mal gusto invada los oídos. El equipo de sonido amplifica los bajos y muchas veces son colocados en la parte trasera del camión. Sin embargo, un arma aún más poderosa es el de la gente sometida, esa actitud sumisa que impide un motín al interior. Claro está la ley del chofer, la de aquel con menos educación y posiblemente menor nivel intelectual que cualquiera de sus más humildes pasajeros.

Es cierto, no hay que generalizar, pero ante una mayoría encasillada deberíamos de sentirnos orgullosos cuando nos encontramos con un autobús limpio, con un chofer respetuoso y amable que conduce con prudencia. Yo diría que ellos son leyenda, héroes anónimos de la ciudad y de sus calles. Si algún día llegan a conocer a uno siéntanse más orgullosos que cuando conocen a sus ídolos otorga-autógrafos.

11/8/08

Cultura tecno: Las cajas de luz y sonido

Desde que la tecnología ha brindado máquinas que entretienen algunos de nuestros sentidos, la atención se ha enfocado hacia ellas, dejando de lado la experiencia del intercambio comunicativo tradicional, así como el interés en recuperarlo. La dinámica al interior de los hogares o de otros espacios está dirigida hacia el constante entretenimiento de nuestros sentidos, como si no fuéramos capaces de funcionar sin esa estimulación. Tener siempre prendido el radio, la televisión o la computadora es algo casi obligatorio, a veces sin necesidad de escuchar algo en especial, un programa favorito que ver o un sitio de Internet que navegar.

La socialización está enfocada en esas tecnologías y negadas en la vida terrenal donde uno respira. La soledad, sin embargo, está presente, sea ante las ideas absurdas de socialización tan cortas que nos cuesta pensar en la larga duración. El conjunto de estas ideas desemboca en la anomia, en la segregación, a veces tan simple de ver como el ignorar a alguien o prestarle poco interés. Es aquí donde realmente reflexionamos y decimos, “¡Oh! la televisión tiene razón”, o tal vez lo contrario, “ella es la culpable” cuando en realidad tanto ella como las otras tecnologías son producto nuestro y las reflexiones en realidad no existirían y mucho menos tendrían sentido si nosotros no usáramos esos objetos.

Pero el sentido ya está presente en nuestros días, el cual cada uno encuentra muchas veces por desgracia en esos medios; que más allá de la tecnología posibilitadota, es el contenido transmitido. Y aquí siendo realista, la mayoría de la población no está lo suficientemente educada para poder tener un pensamiento crítico en cuanto a esos contenidos o de sí mismos. A veces uno puede desear relajarse y buscar entretenimiento, lo cual es comprensible, pero cuando esta práctica se vuelve rutina diaria privilegiada, dejando de lado otras cuestiones que podrían ser más productivas, interesantes e importantes, como la comunicación humana frente a frente o la búsqueda de conocimiento que movilice nuestras acciones hacia una mejor convivencia, no dictada por una empresa de consumo de entretenimiento, entonces vamos hacia una reconfiguración que nos llevará a una crisis, la cual a pesar de estar presente, no somos conscientes de ella, pues estamos atentos a los medios que niegan su existencia.

4/8/08

La pala negra

Cuenta la leyenda del pueblo de Pala Negra, a la cual debe su nombre, que un día, en medio de su centro, apareció una pala de color negro. Muchos dijeron que el mismo diablo vino en medio de la noche para cavar un agujero al infierno, pero que al ver el claro del sol huyó dejando la herramienta olvidada.

El tío Augusto contó la historia a su sobrino de igual nombre. Ya alejados de la vida campirana, vivían en la ciudad. El pequeño Augusto creció y se convirtió en un exitoso reportero. Solía visitar las más lejanas tierras y vivir muchas aventuras. Incluso fue corresponsal de guerra, pero un terrible accidente en medio de un conflicto lo dejó con un pie postizo de por vida.

Diez años después, el furor por la guerra había terminado y las historias de Augusto que ofrecía a su editor ya no solían vender el periódico como antes. Su jefe le otorgó el beneficio de la duda y le dio oportunidad de una última historia. Augusto aceptó, pensando en un retiro a su pueblo natal. Habían sido ya muchos años que no volvía a poner un pie allá, y mucho menos uno artificial.

El viejo tío Augusto había muerto también y con ello la leyenda del pueblo. Qué más quedaba que dedicarse a recrear aquel mito, a encontrar sus orígenes, eso lo inspiraría a hacer un nuevo artículo digno de impresión. Pero con lo que no contaba Augusto era que todos relataban la misma historia y ya casi nadie quedaba de aquel tiempo. Pero un día una anciana de collar de flores de tela lo encontró a él. Ella parecía ver en Augusto alguna familiaridad y se le acercó. Le dijo que ella era muy pequeña cuando la leyenda nació, pero que sabía sólo de una persona que la presenció, el viejo del monte.

Ese viejo era el típico ermitaño autosuficiente, lejos incluso de la vida de un pueblo rural, nadie lo había visto en años; pero la luz del fuego de sus fogatas aún podía llegar a vislumbrarse algunas noches, lo cual indicaba que aún seguía con vida. La anciana decía que ese viejo no sólo era probablemente de las últimas personas que vivió en tiempos de la leyenda, sino que incluso pudo haber visto al demonio en persona, ya que el día del encuentro de la pala, salió corriendo al monte en desesperación.

Sin duda, Augusto iría a visitarlo. Tomó su auto y emprendió el viaje. Requirió tiempo encontrar la cabaña, pero ahí estaba el viejo, sentado en un banco afuera. Parecía muerto, así que Augusto lo intentó mover un poco, tratando de ver si aún tenía vida. Así parecía, el viejo no abrió los ojos, pero dijo las palabras “¿eres Augusto, verdad?” sorprendido, el hombre dio un salto atrás y dijo con voz temblorosa, “sí, ¿cómo lo sabe?” y el viejo respondió “te estaba esperando”….