En la última década he
aprendido mucho, no solamente a nivel académico, sino fue el momento
de reflexionar, de mejorar una versión de mi mismo. Los resultados
fueron interesantes, alcancé y supere muchos de los límites que
pensaba tener desde el principio e incluso nuevos desafíos surgían
una vez que el éxito se alcanzaba. De igual forma fui perdiendo; al
principio creí que por mis acciones, pero me he dado cuenta de que
no siempre es así. La gente tiende a culpar al otro y muchas veces
yo he sido ese otro. Lamento mucho a los que les fallé, sea cual sea
lo que buscaban en mí, pero en el fondo aprecié cada momento y
aprendí mucho de cada persona especial. Me hubiera encantado que
muchos siguieran conmigo, pero respeto la decisión de que no sigan.
No me culpo por ello, sino que aprendí que la gente cambia, la gente
se desilusiona, se aburre, se enoja y no sabe qué es lo que quiere,
aunque uno no necesariamente del otro. Yo trato de mantener el mejor
recuerdo posible, pero mi camino sigue adelante y no puedo detenerme
para recuperar los tesoros del pasado. El futuro es ahora mi amigo,
un amigo incierto, cuya confianza debe ganarse. Espero no me
decepcione, yo he hecho lo mejor posible por mejorar como persona y
lo seguiré haciendo. Aquellos que siguen a mi lado y que lo aprecian
reciben de mi parte el mismo trato: mi aprecio y compañía. Veremos
entonces un nuevo inicio, una etapa llena de nuevos desafíos y de
retos aún por superar.
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