10/8/09

El espíritu humano negado

(otro post que escribí originalmente para el blog geomosaico)

El humano, lleno de antropocentrismo buscará la ardua dedicación a sí mismo, rechazando “al otro” como si fuera una obviedad la ignorancia. No hablo nada más de la poca atención hacia los grupos de minorías que de por sí luchan primero por un reconocimiento, después por derechos y finalmente poder; sino también por aquello de lo cual sabemos que surgimos pero que no nos consideramos parte ya más. 

Hablo de lo que el humano considera “natural”, siendo incluso ese un concepto “humano”. La separación que hace es tal que divide el conocimiento dedicado a sí mismo y a lo natural. La separación es muy obvia cuando pasa del rechazo de las minorías a los animales, algo que aún no ha tratado de aceptar en su totalidad.

No es difícil escuchar, leer o conocer comentarios sobre la asombrosa inteligencia que tenemos, el poder de transformar y de crear cosas que los otros animales no pueden hacer. Sin embargo, la glorificación carece de sentido más que de un fin en sí mismo. Nuestras cualidades simplemente pueden ser únicas y diferentes, pero no mejores. Al parecer, la transformación del planeta que hemos creado no ha sido necesariamente la más inteligente.

Lo menciono por el hecho de que los problemas “humanos” y “sociales” en realidad son parte de la misma problemática: la ardua devastación del medio y de los grupos sin poder. Muy probablemente es en realidad esa falacia la que mantiene en sí la poca reflexión sobre una ontología hacia el cambio. Si tenemos el intelecto y la capacidad de transformación, no existe tal más que al exterior pero no al interior. 

El hedonismo de lo innecesario se convirtió en el fin de unos y la satisfacción de las necesidades básicas de muchos. Las respuestas a los problemas son tan obvias, pero no así la capacidad de cambio, hasta que la necesidad más básica defina el destino de dos grupos; sobre ello, sin embargo, el debate continuaría.

Cuando la necesidad más básica sea la disputa de las fragmentaciones humanas, la herencia del pasado definirá si los vencedores sabrán o no cometer los mismos errores, llevando no sólo la autodestrucción, sino la destrucción de todo lo que esté alrededor. Y sabremos si somos un espíritu humano del ave fénix o sólo la ironía de ser el experimento fallido de la naturaleza de la cual nos quisimos desprender.

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