21/7/08

Libertad de elección: seguridad en venta

Cuando regresaba a México del extranjero, me dí nuevamente cuenta de algo interesante, la libertad de elección. En el avión me ofrecían desayuno y yo con mucha hambre que tenía me dio mucho gusto poder comer; pero cual fue mi sorpresa cuando sólo podía elegir dos platos: “omelet o huevos con jamón”. ¡Sorpresa!, yo no podía comer huevo, pero tantas horas de ayuno hicieron que ese día fuera una excepción, porque sólo tenía dos opciones, ninguna me beneficiaba, pero tenía que agradecer el servicio.

La libertad de elección surgió como uno de los pilares de la modernidad, cuando el individuo cobró importancia y cuando la opinión pública fue un tema ambiguo pero recurrente. La mercancía se ha apoyado en modificarse de acuerdo al capricho del consumidor, al hacerse de múltiples facetas, crea la ilusión de que el individuo puede elegir entre ellas, cuando en el fondo se trata de lo mismo. Poco a poco, las elecciones se sobreponen creando confusión sobre qué es lo que uno quiere.

No fue sino hasta que los vasos de cristal se comercializaron, que los colores de las bebidas cobraron importancia; cuando el nombre de una marca adquirió una mayor valor que la calidad de un producto y su uso; y así sucesivamente, nos encontramos en una aparente elección en cuestión cotidiana, anclada en el discurso del derecho (y de la derecha), en realidad es una forma de control de la cual nos quisiéramos desprender, tal como Stan Marsh en este episodio.

Ahora me gustaría tomar como ejemplo la ley del ISSSTE en México. Es interesante hacer diversas observaciones sobre cómo nos quieren vender la ley, y digo literalmente VENDER, por que muy para mi sorpresa la forma en cómo es comunicada la imposición parece haber sido planeada por un guionista de infomerciales de domingo en la mañana; basta con ingresar a éste sitio para que puedan darse cuenta.

Como en mis experiencias relatadas en los inicios de los posts, tenemos sólo dos opciones: La opción A y la opción B, que para el caso es lo mismo pero dicho cada una con diferentes palabras y con números diferentes, que si se multiplican o dividen resultan en la misma cantidad. También me tomé la libertad de elección de observar el apartado de casos reales, por ello mi inclinación a pensar en un infomercial, donde le pagan a alguien para que venda el producto.

Finalmente, le dí una leída a la parte de preguntas frecuentes, en esta otra página, donde curiosamente las preguntas son aquellas que nos preocupan a todos, pero son respondidas de forma positiva. “Nada va a cambiar, nada va a desaparecer, todo va a seguir igual”, y así sucesivamente. Si todo va a seguir como antes, ¿Porqué la reforma? Simple, porque algo no va a ser como antes, obviamente.

Como una segunda conclusión, las ilusiones de libertad de elección están hechas para hacer creer que es la persona responsable de lo que ella elije, que su decisión es lo que vale y que tiene más de una opción, una adicional que por lo general devendrá en el mismo resultado. En ese juego de ilusiones es donde las clases sociales constantemente son enriquecidas por un lado y empobrecidas por el otro. Y una de las cuestiones peores del asunto es ver cómo los científicos, aquellos portadores de la voz de la verdad razonada, piensan que esos males son externos a nosotros, productos de años de evolución y tecnología.

Para finalizar este post, les dejo un divertido video de la banda Devo.




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